Margarita G. Tabares

Del mismo modo que no se elige ser hombre o mujer o la raza a la que se pertenece, tampoco se elige que las palabras empiecen a rondar la cabeza de uno sin descanso, pidiendo salir. Se es escritor o no se es, inevitablemente, pese a todo, pese a no ser publicado o incluso a no tener la paciencia o el valor de sentarse a plasmar por escrito las historias que te persiguen. "Se es escritor aunque no se escriba", suelo defender en los cursos que imparto, porque se escribe también en la cabeza, en los sueños y, buscar papel u ordenador no pasa de ser una elección deliberada que no siempre estamos dispuestos a hacer.
He puesto sobre el papel dos libros de cuentos, "Aunque parezca verdad" y "Se aconseja respirar" y estoy a punto de finalizar una novela,"Blue Valentine", pero sin duda, he escrito más, mucho más. He escrito toda mi existencia: cuatro hijos, un hermano perdido, una familia a veces feliz, viajes, risas, carcajadas y lágrimas... todo lo que recuerdo, todo lo que he creado es mi obra literaria porque la realidad y la ficción se mezclan en todo cuanto hago. No es prepotencia, ni soberbia ni locura; es así, sin más. No hay, para mí, realidad sin palabras ni palabras que no reflejen el mundo.