Programa de lectura en voz alta y escritura
RECORDAR. VOLVER A SOÑAR
La capacidad de imaginar es una capacidad exclusivamente
humana; el poder que esta capacidad nos proporciona nos convierte en los seres
más extraordinarios del universo. Con la imaginación podemos crear obras
de arte maravillosas, fingir que
invadimos otros planetas, inventar a Hamlet, a don Quijote o a los Simpson,
escribir en un pentagrama lo que otros traducirán como una ópera, un rock and
roll o un solo de trompeta. Somos seres con
imaginación, eso nos hace totalmente diferentes al resto del mundo conocido
y también del inexplorado, que se sepa, y sin embargo, con el paso del tiempo,
renegamos de nuestra facultad de imaginar y nos convertimos en personas
sensatas y con los pies en el suelo. Presumimos, incluso, de ser realistas, de
no tener la cabeza en las nubes y vamos olvidando que, cuando éramos niños,
éramos capaces de hacer hablar a unos muñecos o de hacer comidas con algo de
arena, agua y unas hierbas del campo.
Cuando se ha tenido una vida tachonada de dificultades y se
desea hacer balance de lo vivido, algunas veces es una tentación no volver más
la vista atrás y pensar sólo en lo que queda por delante. Sin embargo, todos y
cada uno de nosotros, estamos condenados a vivir un futuro marcado por el
pasado; somos y seremos lo que sea que seamos,
debido (y no por culpa) de lo sucedido en nuestra infancia, en nuestra
adolescencia y en cada día de nuestra vida.
El objetivo de este Taller es
reescribir nuestra vida, inventarla, soñarla, dejarla en un papel tal y como
hubiéramos querido que fuera, para que nuestro presente y nuestro futuro tengan
algo más a lo que recurrir que no sea estrictamente la verdad. ¿Recordamos
o inventamos? A veces, sin duda, lo que pasó en realidad hace muchos años, se
confunde con lo que quisiéramos que hubiera sucedido.
De manera intuitiva he llegado a la conclusión de que
recordar, imaginar, soñar, puede convertirnos en seres más libres, despojarnos
de las cadenas de la realidad. A través de las lecturas en voz alta, de los
comentarios de estas lecturas, dejando que fluya lo que el texto nos evoca,
pretendo que los alumnos tomen las riendas de su pensamiento creativo y que a
través de la palabra oral o escrita, traigan al presente sus recuerdos tal y
como ellos quieran traerlos. Es el momento de convertirse en héroes, en
afamados artistas, en mujeres que rompieron corazones a su paso o hasta en
ángeles que llevan su vida velando por todos los demás. Dejémonos engañar por la imaginación, como cuando nos contaban
cuentos en los que los animales hablaban y nosotros creíamos en ello como otros
creen en los reyes magos.
Mi propósito es organizar grupos
de lectura en los que procederé a la lectura de un cuento o relato en voz alta.
Las lecturas pueden ir desde Gabriel García Márquez, Francisco Ayala, Juan José
Millás o Truman Capote. Lo importante no es (sólo) captar el argumento o el
mensaje del relato, sino provocar que el sonido de las palabras deje libre a
otras palabras que rondan su cabeza y que no se permiten salir sin su
consentimiento. Después, comentaremos brevemente lo
escuchado y llamaremos a la imaginación para que tome el relevo de tanta
sensatez: escribirán, con o sin mi ayuda, un relato breve basado, o no, en sus
experiencias y recuerdos; dejaremos que modifiquen el tiempo y la realidad,
dejaremos que la imaginación tome el poder y las cosas serán como queramos que
sean.
Los grupos, de entre cuatro y
ocho personas, se reunirán una vez a la semana durante una hora y media o dos
horas, pero la imaginación, una vez despierta, les visitará otras veces
en la soledad de su cuarto o mientras ven la televisión, por eso, en la
siguiente sesión, tendremos ya, desde el primer momento, material para empezar
a trabajar.
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